En una relación de pareja estable se construyen vínculos que se caracterizan por contribuir a un profundo grado de confianza en la otra persona, donde compartiremos las fortalezas y debilidades, es decir nos conocerán con nuestras diversas facetas. En este contexto existen tres elementos decisivos, la intimidad, es la forma como gestionan los conflictos y la manera de compartir las actividades; la pasión, es estrictamente sexual, tiene relación con el contacto físico que se produce en la pareja por la mutua atracción y finalmente; el compromiso, es el factor decisivo por cuanto se relaciona con la voluntad de ambos, por mantener la relación en el tiempo.
Todas las relaciones de parejas son diferentes y cada una tiene características únicas, por cuanto participan un conjunto de variables, psicosociales, familiares, etc que contribuirán a sus propias dinámicas de comunicación y conductas con el otro. Todas las parejas pasan por diferentes etapas, la diferencia está, que cuando son relaciones saludables son capaces de resolver sus conflictos de manera asertiva, sin pasar a llevar al otro. En este tipo de pareja se practica el respeto mutuo, existe una fuerte complicidad, hay una escucha activa, la felicidad del otro se siente como propia, existe transparencia, las decisiones se conversan, tienen una visión de futuro, son capaces de ver los errores propios, son autocríticos, son reflexivos y entienden que un conflicto no existen ganadores, ni perdedores, son capaces de llegar a acuerdos, respetan los silencios del otro, su individualidad, sus espacios, existe una confianza mutua. Todo esto y mucho más son las relaciones saludables.
Por otro lado, tenemos la contraparte, relaciones de parejas toxicas donde una de ellas manipula y tienen el poder sobre la otra, que es una persona con baja autoestima, sensible, vulnerable y necesita la dependencia afectiva. Por tanto la dinámica de este tipo de relación se sustenta en la desigualdad en el que el poder y el control lo tiene solo uno de ellos. Lamentablemente este tipo de relación crea una dependencia nefasta donde ambos están atrapados. Este tipo de relaciones generalmente se da en personas con carencias afectivas y crean un compromiso en torno a sus problemas y vacíos emocionales. Generalmente en este tipo de relación uno de ellos siente, que la otra parte le proporciona “aquello” que le hace falta. Es un craso error porque ni uno ni el otro debe suplir las carencias del otro. Estas se deben tratar de manera personal, en razón que el otro no puede llenar esos vacíos. Una relación de dos no es para completar, sino es para complementar. Lo grave es cuando los roles se establecen, porque se torna en una situación muy compleja y difícil de controlar, ya que la persona sometida pierde la capacidad de autonomía.
En el presente taller te ofrecemos tener una mirada diferente de lo que es una relación saludable versus una relación tóxica. Te entregaremos herramientas para potenciar tu relación y que descubras que podrías aportar para que se mantenga en el tiempo. Así mismo te proporcionaremos un abanico de revelaciones para que explores en qué tipo de relación estás cautiva.
“Cuando el amor es la norma, no hay voluntad de poder, y donde el poder se impone, el amor falta”
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